U 617, el único submarino alemán hundido por la Armada esp

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Nube Roja
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U 617, el único submarino alemán hundido por la Armada esp

Texto del reportaje sobre el U-617 que se encuentra en página masebuceo.com acerca del hundimiento de este submarino. Creo que es interesante e incluso para los aficionados al buceo (yo me cuento entre ellos) representa un sueño y un reto bucear entre los restos de un U.


U 617, el único submarino alemán hundido por la Armada española

Junto al cabo Tres Forcas descansa el U-Boot del comandante alemán más condecorado de cuantos actuaron en el Mediterráneo durante la Segunda Guerra Mundial
Por: Santiago Mata

Ninguno de los 62 U-Boote que pasó el Estrecho de Gibraltar durante la guerra sobrevivió. A cambio, hundieron, en total, 37 buques de guerra —el acorazado HMS Barham, los portaaviones HMS Ark Royal y Eagle, los cruceros HMS Galatea, Hermione, Naiad y Penelope, y el minador HMS Welshman entre ellos— y 137 mercantes, con algo más de medio millón de TRB. La guerra submarina en el Mediterráneo fue particularmente difícil para los alemanes dada la facilidad de ser localizados en un mar más tranquilo que el Atlántico, y plagado de buques y aviones británicos.

El comandante Brandi
Albrecht Brandi, nacido en 1914, ingresó en la Kriegsmarine en 1935, era de la "promoción" de afamados comandantes de U-Boot como Engelbert Endraß, Reinhard Suhren o Georg Lassen. Pasó al arma submarina en abril de 1941. Entre diciembre de 1941 y enero de 1942, fue “comandante en prácticas” con Erich Topp, en el U 552. Al final de la guerra, Topp ocuparía el 5º puesto entre los comandantes más exitosos, con 34 barcos y 185.434 TRB hundidas, y el U 552 el 13er puesto entre los U-Boote, con 163.512 TRB.
El 9 de abril de 1942, Brandi se hizo cargo del U 617 (submarino del tipo VIIC), al que condujo a la base de St. Nazaire (Francia), hundiendo cuatro barcos en la travesía. En septiembre, Brandi localizó al convoy SC 100 y hundió tres barcos más. El 26 de septiembre, comunicó la posición del convoy ON 131 a otros 17 submarinos, aunque él no pudo atacar. El 2 de noviembre de 1942, se trasladó hacia el Mediterráneo, donde operó en la 29ª flotilla, que tenía sus bases en La Spezia (Italia) y Tolón (Francia). En diciembre, hundió el remolcador británico St. Issey (810 TRB), un mercante griego de 4.324 TRB y otro noruego de 1.862 TRB. El 21 de enero de 1943, tras su cuarta patrulla con el U 617, Brandi fue condecorado con la Cruz de Caballero (Ritterkreuz, RK: fue el 148º marino que recibió esta condecoración, y el 79º submarinista). Hasta entonces, Brandi había reclamado 15 barcos hundidos, con 58.700 TRB, pero sólo se confirmaron 7, con 22.100 TRB.

El 1 de febrero de 1943, durante su quinta patrulla, Brandi hundió entre Libia y Creta al minador británico de la clase Abdiel HMS Welshman, que había tenido un papel destacado viajando a Malta a mediados de 1942, cuando la isla fue abandonada por la flota y sólo este buque (apodado Milkman por los malteses) y algunos submarinos podían abastecerla. Cuando fue hundido se dirigía de Malta a Alejandría y tenía una tripulación de 242 marineros, de los cuales 154 murieron.

En su sexta patrulla, Brandi reclamó el hundimiento de un crucero y de un barco de 23.500 toneladas. Aunque estos hundimientos no fueron confirmados, Brandi recibió las hojas de roble para la RK (11 de abril: fue el 224º militar alemán que las recibió, el 26º marino y el 22º submarinista). En el Mediterráneo era muy difícil para los comandantes de U-Boote confirmar los hundimientos, ya que debían sumergirse inmediatamente después de disparar sus torpedos, si no querían ser localizados y fácilmente aniquilados por las cargas de profundidad de los buques o aviones aliados. La “facilidad” con que los comandantes recibían condecoraciones en el Mediterráneo se debía también a la elevada “mortalidad”: entre el 1 de enero y el 1 de junio de 1943 se perdieron allí 11 U-Boote (aparte de 8 submarinos italianos), uno por cada 2,5 barcos hundidos al adversario.

Por ser un comandante experimentado, “Sherry Brandi” (como le apodaba la tripulación en referencia al licor jerezano) podía elegir zona de operaciones y pidió en sus patrullas séptima y octava al mando del U 617 “caza libre” en el Mediterráneo occidental, frente al Estrecho de Gibraltar. En julio de 1943 llegó a Tolón el conde Ferdinand von Arco, a tiempo para compartir con Brandi sus dos últimas patrullas como segundo oficial de guardia (II WO, el primer oficial, I WO, era el Leutnant zur See Georg Gautier). Arco vive actualmente en Viena y, en adelante, haré referencia a sus recuerdos personales. Sobre la séptima patrulla, de unas tres semanas y media de duración, no hay referencias en la bibliografía (Blair dice que Brandi reclamó en junio el hundimiento, no confirmado, de un destructor), pero Arco dice que hundieron tres mercantes, una corbeta y dañaron con un torpedo a un crucero pesado británico.

La última patrulla del U 617
A fines de agosto o principios de septiembre, el U 617 salió de Tolón para su octava y última patrulla. Arco afirma que, en la ruta Gibraltar-Malta, hundieron un mercante “entre mediano y grande, cargado a tope”, del que tampoco hay referencias bibliográficas. Después se dirigieron hacia la costa africana y de allí hacia el oeste, Arco no recuerda que el U 617 pasara entre los portaaviones británicos HMS Illustrious y HMS Formidable sin poder ponerse a tiro, como afirman otras fuentes. El 6 de septiembre —según todas las fuentes, el 10 según Arco—, hundieron el HMS Puckeridge (destructor de la clase Hunt tipo II, con 1.050 toneladas de desplazamiento estándar y 191 tripulantes, murieron 62), 40 millas al este de Gibraltar (Arco supone que estaban más cerca). Éste fue el último de los 11 hundimientos confirmados de Brandi como comandante del U 617 (30.389 TRB en total). He aquí el testimonio de Ferdinand von Arco sobre el hundimiento:

“Era la hora de comer y estábamos sumergidos. Acabábamos de tomar la sopa, cuando desde la sala de escucha nos informaron de la presencia de hélices de buques de guerra a unas cinco millas al oeste”. El mar estaba en calma absoluta y el comandante dijo que no estaba tan loco como para echar una mirada en condiciones en que las ondas producidas por el periscopio eran fáciles de descubrir. Ante la insistencia de los oficiales, subió “a desgana” a profundidad periscópica. Brandi comunicó la presencia de dos destructores “a toda máquina en dirección a Gibraltar”. Los oficiales preguntaron si estarían al alcance de los torpedos, a lo que Brandi contestó afirmativamente, pero negándose a disparar. De nuevo le insistieron para que lo hiciera. Por fin, Brandi mandó alistar los tubos. Tras tomar las medidas de distancia y velocidad (Arco recuerda que ésta era superior a 21 nudos), apuntó y disparó sendos torpedos sobre los blancos. Los dos explotaron en el tiempo previsto, para júbilo de la tripulación. “Brandi volvió a subir el periscopio. Los destructores se hundieron como una piedra que cae al agua. Naturalmente no podíamos subir para ver si había supervivientes, lo cual era por demás improbable, dada la rapidez del hundimiento. Nos sumergimos a 25 metros y navegamos media hora hacia el sur, hacia la costa marroquí a la altura de Ceuta, y allí nos posamos en el fondo”.

Aparte de la discrepancia sobre la fecha del hundimiento, queda un punto de duda sobre la existencia de un segundo destructor (las fuentes inglesas dicen que el Puckeridge fue hundido por dos torpedos). Consciente de que sería perseguido, Brandi decidió esperar a la noche para emerger y navegar en superficie —con los motores diesel, de modo que se recargaran las baterías de los motores eléctricos que se usaban en inmersión, esta operación requería 4 horas— hacia el este, bordeando la costa marroquí “dentro de la zona de tres millas, donde no nos buscarán”. Su objetivo era situarse al sur de la isla de Alborán, por donde pasaban los convoyes cargados en dirección al este.

Poco después de la medianoche del 11 de septiembre, mientras los oficiales jugaban a las cartas, llegó desde el puente la voz del III WO, el timonel jefe (Obersteuermann): Flieger! Esta alarma se daba cuando se descubría un avión demasiado cerca como para que diera tiempo a sumergirse (en ese caso se gritaba Alarm!). Arco vio saltar al comandante en dirección a la torreta e, inmediatamente, sintió la detonación de tres bombas. Al volver en sí, oyó la voz de Brandi desde el puente: “¡Subid aprisa, el U-Boot se hunde!” Al llegar a la central, Arco se encontró con la tripulación agolpada bajo las escaleras —la de subida y la de bajada confluían en el último tramo, por donde sólo cabía una persona, y se habían atascado—, mientras el comandante gritaba: “¡Subid deprisa, el U-Boot se hunde rápidamente!”. Al ver el espectáculo, Arco gritó: “¡No empujéis, yendo despacio terminaremos antes!”

La advertencia fue inútil. Arco, que conocía el U-Boot como la palma de su mano, decidió, a pesar de la oscuridad, ir hacia las ruedas de los ventiladores de presión, e inyectó aire en todos los tanques. Aunque él no se dio cuenta, el U-Boot comenzó de nuevo a flotar. Entonces se acordó de que su madre les decía que, en momentos de necesidad, acudieran a la Virgen y rezó su oración de la infancia: “María, extiende tu manto sobre nosotros, protégenos con él mientras rezamos de rodillas, hasta que pase la tormenta. Patrona llena de bondad, cuida siempre de nosotros”. Al terminar, le llenó una gran tranquilidad: “tenía la sensación de que la Virgen se hacía cargo de protegerme y, a pesar de los gritos del comandante desde el puente, se me pasó todo miedo, intranquilidad o pánico. Hacía cada movimiento como en un sueño. Todo sucedía automáticamente, como si me dirigiera un poder superior”. Lo cual no fue óbice para que Arco tomara su pistola de la sala de oficiales para pegarse un tiro en caso de que el U-Boot se hundiera: “no me voy a ahogar como una rata, eso ni pensarlo”.

Las tres bombas dirigidas a aniquilar el submarino cayeron una a babor y dos a estribor, actuando como una pinza que levantó al U-Boot en el agua. A unos 300 metros, Arco pudo ver cómo ardían sobre el agua los restos del avión— un Wellington del 179º escuadrón de la RAF—, derribado por la artillería antiaérea del U 617 (dos cañones gemelos de 20 mm. y uno de 37), que tras las explosiones se salió de sus fijaciones y quedó inutilizable. Lo mismo sucedió con los dos motores eléctricos (y las baterías, por lo que la inmersión era imposible) y uno de los diesel. El segundo, aunque también desencajado, pudo ser puesto en marcha por el ingeniero jefe (LI) Oberleutnant Ing. Karl Günther Klemz y los técnicos, dando una velocidad de unos 5 nudos. El agua que entraba por las grietas, en contacto con las baterías, producía gas explosivo, en el interior sólo podían quedar tres personas con máscaras antigas. El comandante pidió voluntarios y de los ocho que se presentaron seis eran austriacos, relata Arco con cierto orgullo.

El abandono del U-Boot
Brandi y Arco bajaron a la cubierta a fumar y allí oyeron al oficial de guardia gritar de nuevo, entre 30 y 40 minutos tras el primer ataque: Flieger! Las tres cargas cayeron esta vez “unos tres metros a estribor” y su explosión dejó calada a toda la tripulación. El avión atacó de nuevo, con cohetes que impactaron en la torreta y el puente, abandonados a tiempo por la guardia. Después lanzó “fósforo o nápalm”, provocando “tremendas quemaduras” y destrozando los chalecos salvavidas. Por último atacó con cañones y ametralladoras. La tripulación trató de cubrirse tras la torreta, pasando de un lado a otro a la voz de “¡avión a estribor, todos a babor!” y viceversa.

Arco recuerda este ataque como la experiencia más terrible de su vida. Después de unas ocho pasadas del avión, se acordó de que en el U-Boot llevaban dos ametralladoras, previstas para operaciones en tierra firme, las subió e instaló en el puente, donde otro tripulante le ayudó con la munición. Las ametralladoras tenían una cadencia de unos 240 proyectiles por minuto, y uno de cada 30 cartuchos era trazador. A la segunda ráfaga, el avión se retiró y no volvió a atacar. Comenzó a volar en círculos a unos 500 metros del submarino y cada 100 m. lanzaba una boya luminosa para señalar la ruta del U 617. Aunque éste navegaba “en serpiente”, estaba claro que no escaparía.

Blair escribe que el primer piloto atacante fue el canadiense D.B. Dodgkinson, y que lanzó seis cargas de profundidad. Tres horas más tarde llegó otro Wellington del mismo escuadrón, pilotado por W.H. Brunini, que lanzó otras seis también “a pesar de la fuerte artillería antiaérea”. Si Dodgkinson recibió la Cruz de Méritos Distinguidos (DFC), debió ser a título póstumo. Como se ha visto, los recuerdos de Arco discrepan respecto al espacio intermedio, el número de bombas, el carácter del fuego antiaéreo y el hecho de que, en cuanto encontró resistencia, el segundo piloto suspendió su ensañado ataque contra una tripulación indefensa.

El submarino llegó a un punto rocoso de la costa y Arco previno al comandante sobre el peligro de embarrancar. Brandi ordenó alejarse algo pero, precisamente entonces, estando a una milla de tierra firme, embarrancaron, quedando el U-Boot escorado unos 25º a babor. Por la fuerza de la costumbre, el comandante ordenó “marcha atrás a toda máquina con los dos motores”, la escasa fuerza del motor que les quedaba no fue suficiente. La mayoría de la tripulación saltó al agua por propia iniciativa para nadar el kilómetro y medio que les separaba de la costa. Arco tocó el silbato y les ordenó volver, pero Brandi le dijo: “déjelos nadar, ya no tiene sentido hacerlos volver a subir. Que naden hasta la playa y esperen allí nuevas órdenes”. Los que quedaban destruyeron los cilindros y la máquina Enigma (que tiraron, enrollados en un cable, lejos del U-Boot), y los códigos de descifrado (escritos con tinta que se disolvía al contacto con el agua de mar).

A partir de aquí, diversas fuentes aseguran que Brandi y su tripulación fueron internados por los españoles, poco después puestos en libertad, y que regresaron a Tolón. El U 617 sería bombardeado al día siguiente por las escuadrillas de Hudson y Swordfish 48ª, 233ª, 833ª y 886ª de Gibraltar con bombas y cohetes. Después, los cañones del mercante armado Haarlem, de la corbeta Hyacinth (británicos) y del minador australiano Woollongong “bombardearon al U 617 hasta romperlo en pedazos”.

La historia nunca contada
La historia vivida por Arco es muy distinta. Gautier le comunicó un plan: hacer explotar un torpedo, para destruir el U-Boot e incluso desembarrancarlo y enviarlo al fondo. El comandante les prohibió terminantemente llevar a cabo ese plan, ya que si saltaban al agua, la fuerza de la explosión les partiría la columna, y si se quedaban a bordo no les esperaba mejor suerte. Aunque desobedecer una orden formal implicaba un consejo de guerra, Gautier y Arco aseguraron que, de todos modos, lo harían, así que Brandi decidió quedarse a bordo. También debía quedarse el jefe de la marinería, mientras el LI Klemz se haría cargo del mando en tierra, llevándose en el bote de goma el material secreto restante, para destruirlo, además del uniforme blanco del comandante y la RK con hojas de roble.

Arco y el jefe de marineros instalaron una carga explosiva en un torpedo, rociaron con 40 litros de gasolina el U-Boot y activaron la carga: tenían entre 5 y 7 minutos hasta la explosión. Al salir por la torreta, prendieron un paño, lo arrojaron dentro y el U-Boot se inflamó. Los cuatro tripulantes decidieron esperar la explosión firmes sobre la popa y Gautier empezó a contar en voz alta el tiempo, pero enseguida Brandi le mandó “cerrar el pico”. Además, ordenó echarse sobre la cubierta, ya que de pie sólo conseguirían salir despedidos. Llegó el final de lo que Arco considera primera, y probablemente nunca repetida, explosión de un torpedo a cargo de la propia tripulación dentro de un U-Boot, por la torreta salió una llamarada de un centenar de metros de longitud. Pero la detonación, capaz de echar a pique un barco, no pudo con el cilindro de acero interior del submarino, y los cuatro tripulantes quedaron ilesos. Probablemente, piensa Arco, les salvó el involuntario olvido de cerrar la escotilla de la torreta.
En tierra, los demás ya se habían persignado, seguros de que nadie habría sobrevivido a la explosión. Una vez a salvo, Brandi ordenó arrojar al mar las armas —sólo quedaba la pistola de Arco—, asegurando que los españoles eran un pueblo amistoso. Unos 5 kilómetros al este, sobre el Cabo Tres Forcas, había un fuerte, y allí se dirigieron. Poco después, salió a su encuentro una columna automóvil. Ese mismo día 12 de septiembre, los alemanes fueron enviados en autobuses al cuartel de la Legión en Nador, donde pasaron dos o tres semanas.

Brandi pudo, en efecto, “escapar” a Tolón, pero el resto de la tripulación quedó internada en Sevilla hasta el fin de la guerra. Para el Leutnant zur See Graf von Arco, que era experto en explosivos, llegó una carta del Estado Mayor de la Kriegsmarine (OKM) desde Berlín: “quedarse en Marruecos. Volar el U-Boot. Más información por el agregado militar”. El U 617 había sido, como dicen las fuentes británicas, cañoneado —acción cuyo comienzo habían contemplado los alemanes al abandonar la playa, en el pueblo adyacente a la costa, una persona resultó muerta y varias heridas por los proyectiles que rebotaban—, pero no destruido, ni tampoco abordado, ya que, según Arco, “lo impidió la artillería española”.

El cónsul alemán en Tetuán, Krämer, proporcionó explosivos a Arco y éste contrató un bote de pesca “con un timonel hábil y discreto”. En una noche sin luna, salieron de Melilla y, tras no pocos esfuerzos, localizaron el U 617. Arco colocó la carga en un tubo de torpedos y la accionó a distancia con un cable. La carga explotó, pero el U-Boot no se movió. Arco realizó un segundo intento, con una carga más potente, igualmente fallido.

Por fin, el cónsul le comunicó que el OKM había conseguido, por mediación del ministerio de Exteriores alemán, la colaboración de la Armada española para hundir el U-Boot. Arco se desplazó de nuevo hasta el U 617 a fines de octubre de 1943, pero esta vez saliendo desde Melilla en un torpedero-minador de la Armada española y como testigo de los hechos. Un buceador colocó una carga explosiva bajo el casco del submarino que, tras la explosión, se hundió definitivamente. “Por una parte, me alegré de haberlo conseguido por fin. Pero por otra parte fue para mí un momento muy penoso al ver cómo nuestra armadura, que nos había llevado de triunfo en triunfo y que luego nos protegió de los aviones —con sus bombas de fósforo, cohetes, cañones y ametralladoras—, después de cumplir su trabajo, se hundía para siempre en el abismo. En esos momentos siente uno como si perdiera a un buen amigo”.

Un pecio fácil de encontrar
Aparentemente, nadie ha buceado en el pecio del U 617, al que las historias hasta ahora contadas dan por desguazado. Vayamos pues a los detalles sobre dónde debe encontrarse. Arco, que visitó el lugar recientemente, recuerda que embarrancaron yendo a la desembocadura de un río (un wad, habitualmente seco en verano). Se trataba de una zona arenosa que comenzaba inmediatamente al terminar los acantilados del cabo Tres Forcas y que, a su vez, se interrumpía poco más al oeste por una nueva zona rocosa. La distancia hasta el extremo de la península del cabo Tres Forcas podría ser de entre 6 y 8 km. No había casas en la costa, sino una especie de aldea tierra adentro. Como se ha dicho, aproximadamente a una milla de la costa (kilómetro y medio si se prefiere), el U-Boot quedó embarrancado, por lo que el fondo al que lo envió la explosión no debe ser muy profundo. Con aguas tranquilas, el pecio será seguramente visible desde el aire, piensa Arco y seguramente fácil de localizar con sonar.

Puesto que ningún tripulante del U 617 falleció, no existen requisitos legales para bucear en su pecio (no es una tumba de guerra), más allá de los que exijan las autoridades marroquíes. En su interior deben quedar uno o dos torpedos que, en opinión de Arco, si no explotaron al estallar a su lado el torpedo con que sus tripulantes intentaron destruirlo, no lo harán nunca. No obstante, si se desea entrar en su interior, conviene tener muy en cuenta que es peligroso por su reducido tamaño y por las deformaciones que habrá sufrido a causa de las explosiones internas y externas. Que quede claro que dentro del submarino no hay nada de valor por lo que merezca la pena arriesgarse. Por último, no me queda más que transmitir un ruego del conde de Arco: que si algún buceador se anima a explorar el pecio se ponga en contacto conmigo por medio de masdebuceo.com, para hacerle llegar alguna fotografía.
oarso
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Re:U-617

! Bravo ¡ Nube roja.
Ya tengo lectura sabrosa para un buen rato. (todavia no lo he leido, pero promete)
Saludos y si tienes algo mas sobre submarinos, no te cortes postealo.

Saludos

Oarso, U-3084
akerberg

Hola a todos!
Creo recordar que en la misma web hay otra inmersión del 1277 hundido cerca de la playa de Anguiras en Portugal

Tambien tienen un reportage sobre el mayor cementerio de submarinos del mundo, fruto de la operación deadlight.

http://www.masdebuceo.com/sumario.cfm

El problema es que desde hace poco tienes que estar subscrito para ver los reportages. El del 1277 creo que lo tengo impreso.

Saludos

Åkerberg (U 801/24)
Beltza
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¡¡¡Muy bueno!!!!

¡Menudo relato! Una historia de U-boots de las que nos gustan a todos.
Muchas gracias, Nube Roja.
Cazador ya tiene algo para añadir a su página. Y nuestra oficina de historia también podía incluirlo.

Saludos
Comandante en Jefe de la 24 Flotilla
¡Larga vida a la 24!

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Siroco
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El relato es magnifico me ha gustado mucho; muchas gracias por haberlo puesto en conocimiento de todos,pero hay una parte donde me pierdo...el titulo dice que es el unico submarino hundido por la armada española,que yo sepa la armada española nunca ha hundido un submarino ,pero en cualquier caso en el relato tampoco indica que haya sido algun buque español o alguna avion.
Seras tan amable de explicarme esto?? Es que si no me lio y me quedo con la duda y luego no duermo
Buena Caza y gracias. Nube roja
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akerberg

Hola Siroco!

El título del relato tiende a confundir, en efecto el submarino fue hundido con colaboración de la armada española, pero no en un acto de combate como deja entender el título, si no que colaboro en el hundimiento del submarino para no "dejar rastro" del mismo.

Saludos

Åkerberg (U 801/24)
Cazador
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Pues, con el permiso de Nube roja, si que me gustaría añadirlo a mi page, es un gran documento.

Lo único que me gustaría corroborar, Akerberg es lo que dices sobre el hundimiento.

Un sañudo
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Comandante del U-111
akerberg

Hola Cazador!
Lo dice en el mismo texto:
"Por fin, el cónsul le comunicó que el OKM había conseguido, por mediación del ministerio de Exteriores alemán, la colaboración de la Armada española para hundir el U-Boot. Arco se desplazó de nuevo hasta el U 617 a fines de octubre de 1943, pero esta vez saliendo desde Melilla en un torpedero-minador de la Armada española y como testigo de los hechos. Un buceador colocó una carga explosiva bajo el casco del submarino que, tras la explosión, se hundió definitivamente. “Por una parte, me alegré de haberlo conseguido por fin. Pero por otra parte fue para mí un momento muy penoso al ver cómo nuestra armadura, que nos había llevado de triunfo en triunfo y que luego nos protegió de los aviones —con sus bombas de fósforo, cohetes, cañones y ametralladoras—, después de cumplir su trabajo, se hundía para siempre en el abismo. En esos momentos siente uno como si perdiera a un buen amigo”. "

Saludos.
P.D: Una lastima que ahora los articulos san de pago, suerte que lo tengo imprimido.

Saludos
Åkerberg (U 801/24)
Schepke
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Saludos Nube, cuanto tiempo sin verte por aqui!!!

El relato no tiene desperdicio y lo he encontrado muy interesante. Este tipo de aportaciones enriquecen mucho a nuestra flotilla, por lo que animo a cualquier comandante que disponga de ellas a dejarlas en el foro o a enviarlas a la ODSH directamente (incluso las dos cosas :lol: )

Muchas gracias camarada

Salud y buena caza
Schepke U100/24
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Si te dicen que he muerto desconfia
Ray Astro
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Re: U 617, el único submarino alemán hundido por la Armada e

Muy buen relato...gracias por compartirlo ::ok:
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"Der wird noch sein blaues Wunder erleben!!!" http://youtu.be/eeQbH7RDIxQ ::glups (Hay ke ver el video en "full" HD!!!) ::ok:
... "Der Kern der Realität selbst" ... "Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada. Segundo, es violentamente rechazada. Tercero, es aceptada como evidente". (Arthur Schopenhauer.Filósofo Alamán.Danzig 1788–Frankfurt am Main 1860)
Walther
Leutnant der Reserve
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Re: U 617, el único submarino alemán hundido por la Armada e

¡Fenómeno nube roja muchas gracias por el relato¡¡¡¡ ::drunk:
Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."
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