...Kapitän zur See Bernhard Rogge, del corsario alemán "Atlantis".Un oficial con "Fortuna", como diría Federico de Prusia. 
Si una simple llave inglesa o un trozo de alambre podían evitar, en según que circunstancias, el hundimiento de un U-Boot, un paquete de hojas de afeitar, estuvieron casi a punto de mandar al Capitán B.Rooge al mismísimo infierno.
Traduzco de un relato real!
Nuestros botes están muy dispersados y apenas se ven.Pero sabemos, que vendrán.Así que empezamos a juntarnos y a reconocernos, mientras agarrados a restos flotantes de madera y otros restos de la tragedia, nos dejamos llevar por las olas.
a pocos metros de mí flota un marino en su chaleco salvavidas.su cabeza está inclinada hacia abajo. Quizás no se ha dado cuenta de que ha cesado el fuego. Es lo primero que me pasa por la mente. Por ello le llamo para decirle que todo ha terminado. Pero no recibo ninguna respuesta.
¡Venga, hombre! Arriba la cabeza...! Le grito sobre el agua. Ninguna respuesta.Ahora voy nadando hacia él y le agarro por los hombros.Pero luego veo su cara y ya lo sé todo.Aún atónito lo aguanto, entonces se oye un grito sobre las olas:
¡Tiburones! (Haie)
Repentinamente el peso en mis brazos es mayor. Una horrible fuerza lo arrastra, lo desgarra de mis manos.Un tiburón lo ha arrastrado a las profundidades....
Con gran esfuerzo y dando patadas trato de ganar distancia, preso por el pánico, echando maldiciones y casi sin respiración.El agua a mi alrededor se tiñe de sangre. Horrorizado me doy cuenta de que no es la sangre del fallecido camarada.¡Es mi propia sangre! Rápido cómo el relámpago, pienso que quizás han sido los afilados dientes del depredador, que me han herido. Pero mis manos no señalan ninguna herida! Entonces caigo en la cuenta que al irme de abordo he metido un paquete de hojas de afeitar en el bolsillo de mi pantalón. En el agua se ha disuelto el envoltorio del paquete, y las hojas me han rasgado la piel del muslo cuando estaba nadando como un salvaje. Se me ponen los pelos de punta. La sangre atraerá a toda una manada de tiburones! Me acuerdo que buceadores afirman, que se puede ahuyentarlos moviendo brazos y piernas, y gritando como un obseso. Puede que ello sea así, pues en estos momentos mis camaradas han visto a tiburones y tratan de alejarlos con los más salvajes movimientos.
Fuente:ATLANTIS - Kaperfahrt unter zehn Flaggen
Autor: Ulrich Mohr/Arthur Sellwood
Un fascinante y emocionante relato real.
Incluso la BBC informó de que el "Atlantis" fue el más famoso de los cruceros auxiliares.
Bueno, durante la 2GM, los ingleses no serían tan generosos en su calificación. Para ellos era: La serpiente cascabel en el Atlántico.
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Desde luego, esta es mi opinión, es para mí incomprensible la singular decisión del Capitán Rogge de llevarse consigo las hojas de afeitar
(antes me habría armado de un cuchillo grande de cocina,ante la posible presencia de tiburones) ante la tragedia del abandono del buque, debido al ataque del crucero inglés "Devonshire" 