La bruma azul que proviene del mar

[Kamille Rososvky]

Cerca del puerto varios marinos tomaban su cerveza, demorándose al escuchar el viento y la lluvia del sudeste.
Entre ellos se destacaba por su altura y los cabellos muy claros un hombre de unos cuarenta años.
Escuchó silencioso anécdotas de los marinos, sus quejas porque con ese viento no podrían salir a pescar.
¿por tu país como es la cosa pregunto unote ellos..
Sonrió, mostrando una dentadura pareja y brillante.
A nosotros también nos perjudica cuando el mar se pone así. Hay que quedarse en casa.
Tu familia está… se hizo un pausa. Cerca del puerto, desde que me dediqué a la pesca.
Lo miraron extrañados, tenía todo el tipo, el aspecto del hombre nacido en el seno de una familia de pescadores. ¿
Que hacías antes? EL hombre sonrió, pero su sonrisa no fue brillante,
Era un hombre joven y con ambiciones. Me encontré con unos empresarios. Hablamos, mi especialidad les venía muy bien y a mí sus contactos.
Antes que preguntaran dijo.
Mi especialidad era entablar relaciones de todo tipo; cuando firmé contratos on ellos. Pero no me di cuenta que me engañaba a mi mismo.
Siendo estudiante había escuchado una noche de verano en la playa a unas personas, hablar de una mujer muy hermosa, que se paseaba por la playa a la luz de la luna.
Algunos la habian seguido ella trepaba rápida a las rocas y desaparecía en la bruma que precede al amanecer.
Pensé que era un de las tantas historias de mi pueblo de personajes que aparecen y se esfuman; duendes, hadas, ninfas.
Creí ser siempre un racionalista, así que busqué en mis libros, encontré muchos mitos, muchas historias y sonreí para mí mismo.
Se me hizo una afición buscar este tema, más seguido, urgido con la sensación de que perdería algo único, una publicación, no sabía bien que haría si encontraba la historia.
Una noche soñé. Estaba en una playa muy larga, y por ella caminaba a la luz de la luna una mujer.
Era joven hermosa, de largos cabellos rubios, con un vestido etéreo, de un tono azul verdoso. Quise hablarle pero la voz no me salió, me sonrió y de pronto la vi alejarse, quise correr y no pude. Desperté angustiado, llamándola por su extraño nombre.
Esto se repitió. Era tan real en los sueños que me parecía estar con ella. me desesperé, pensé que debía levantarme dormido y salir y que despertaba al volver, me convencí de que estaba enloqueciendo.
Así que fui a la playa, esperé la salida de la luna. Ese día no había nadie, y de proto la vi.
Me acerqué pensando que iba a despertar, pero ella esta realmente alli. Hablamos como si nos conociésemos de toda la vida y aunque quería saber todo sobre ella, la conversación siempre volvía a mí, a mis proyectos, mis ilusiones, de mi ambición de ser rico.
Me preguntó que tipo de riquezas quería y le expliqué que quería mi independencia.
Te ayudaré contestó. Me observó no con su mirada luminosa, sino como con tristeza.
se puso de pie, una bruma azulada nos envolvía y la luna ya se ponía. Al volver la cabeza, por un instante ella desapareció.
Hizo una pausa nos volvimos a encontrar, me sentí feliz y cada vez más seguro de ella.
Decidí contar lo sucedido a mis socios, les pareció una inspiración magnífica extraordinaria y claro no me creyeron cuando dije que todo era real.
. Enviaron por los mejores dibujantes, y yo narraba todo, y así con la historia de la mujer que amaba, hicieron no una película, primero una historia, esas que se narran con dibujos.
Un artista, logro con mi descripción retratarla.
La revista se hizo famosa, había demandas, querían emblemas de ella, para lucirla en los parabrisas de los autos, en las ropa, y luego vino el libro, y al final la película.
A ella no le conté nada, seguimos viéndonos así, no me creaba compromisos, podía trabajar hasta un momento antes de ir a su encuentro y el tiempo se me acortaba, ya no disponía de toda la noche pero era una o dos horas menos, luego fueron apenas una o dos horas que estábamos juntos. Quise explicarle de que me abrumaba el trabajo, pero ella supo que usé nuestro amor, para hacer dinero.
Esa noche habló de si, ahora tienes lo que deseabas, así que puedo irme susurró y sus ojos bellísimos se veían muy tristes y muy lejanos
¿Pero dónde irás? Pregunté desesperado.
A la playa, ya sabes supongo que soy la princesa dicen ustedes, la guardiana de los seres solitarios, con el corazón triste que vienen aquí a buscar sus sueños perdidos.
Por eso me hice marino, busco otro sueño, encontrarla a ella. Recorro estas playas y así seguiré.. Se que cuando se borren el dinero, el poder todo lo que desperdicié la encontraré.
¿Nunca más la vio? preguntó en un susurro alguien. Si Una vez, fue en un sueño.
Me dijo que sabía que me proponía buscarla y que me preocupaban mi madre y mis hermanos menores, así que ella no permitiría que nada les sucediera.
Había dejado de llover, él preguntó la hora,
Va a salir la luna dijo y se despidió con una sonrisa lejana dirigiéndose hacia la playa; Lo vimos desaparecer en una bruma azul .
Kamille Rososvky