¡¡FELICITACIONES Petersen !!
Muy vívido el cuento. Además con el cielo gris de hoy, la lluvia de los días pasados, pese al hogar encendido sentí el frío.
Mi estreno con la nieve, fue saliendo de New Yorck, donde vivía mi hermana, viajando hacia el Sur.
Era temprano aún no habia aclarado, estábamos a mediados de Diciembre.
Habia llevado un sacón tejido con lana hilada a mano en un rueca, que me salvo de fríos como el de hoy, viajando en ómnibus al Instituto de una localidad cercana, Tarariras, con botas altas de cuero forradas con corderito.
Llevé ese equipo abrigado y de mi gusto.
Mi hermana me dijo que con el aire del coche y todo calefaccionado estaríamos bien.
Me había regalado como anticipo de navidad un conjunto de pantalones y suéter de un material aterciopelado, como para estar en lugares con calefacción y con un campera (las llamamos así en Uruguay)de material sintética no muy larga, medio fina, pese al forro de abrigo que apenas rozaba las caderas.
Mi cuñado no calentó el coche previamente, esperamos afuera, y por fin subimos. Comenzaba a nevar lentamente, copos pequeños esparcidos.
Vivían en Long Island y sentí ese deseo como me sucede hoy de estar en un lugar abrigado, y tomar un té bien caliente.
Rato después el coche estaba bastante caliente, y maletas y bolsos acondicionados.
El aire no estaba muy alto porque tanto mi cuñado como mi hermana no soportaban mucho calor como a mi me sucede con el frío.
Sentadas en el asiento de atrás me dormí no habíamos descansado mucho desde nuestra llegada visitando Nueva Yorck y amigos de cuando yo era jovencita. Me dormí, el cielo seguía oscuro y me di cuenta que la nieve era más copiosa.
Salimos por el puente Berrazano, mejor dicho íbamos a salir.
De pronto despertamos mi hermana y yo. el auto bailaba en círculos alegremente ya en el acceso empinado de puente.
Mi hermana pregunto muy asustada que pasaba, Es que ahora cae algo que me sonó slaigth. Ustedes deben conocerlas preciosas son como perlitas, o pequeñas esferitas ¡y mi cuñado no le habia puesto las cadenas al coche!. En la entrada al puente un helicóptero sacaba gente de un choque múltiple. Allí estuvimos con el motor en marcha. Mi cuñado bajó la calefacción, le dio miedo, de que la nafta o gasolina, no alcanzara antes de que despejaran el acceso.
Para colmo parecía que todo New Yorck emigraba hacia el sur.
Por esas cosas no hice caso de la experiencia de mi hermana, y llevé una bufanda ancha del mismo material de mi sacón, ausente y guantes pero sentía frío en las piernas.
Estaba enfriándome rápidamente, debajo de los pantalones llevaba panthys.
Mi cuñado siempre fue así, iba cargar combustible al salir del puente en lugar de haber cargado la noche anterior que habíamos ido a una cena..Así que bajó más el aire. Mi esposo llevaba campera de cuero forrada en piel de corderito, se la sacó para que me abrigara.
Cuando nos dieron pasó, el coche volvió a girar, hacía eran de nuevo trompos, le habia acelerado demasiado de nuevo y mi hermana gritó del susto, porque ya estábamos muy arriba y ahora era un camión que perdía el carril.
Pasamos. y cruzamos el adorado puente de mi cuñado.
Poco después había que salir de la senda rápida, pasar a las lentas para llegar a una gasolinera.
La gente tomaba bebidas calientes en la cafetería. Era un buen lugar habia como para poner las cadenas y entrar en calor pero no, seguimos así. Ya habíamos perdido mucho tiempo.
Llegamos a Pensilvana, a un parador para camioneros, a todo esto las 12. Tomamos el desayuno típico, a esa altura no sentía apetito sino un poco de mareo. Así que tomé café, un waffle apartando el dulce que sirven junto a los huevos revueltos o estrellados y el bacon.
El dulce se lo regalé a mi cuñado. recién entonces comenzamos a entrar en calor.
EL viaje siguió por la ruta 88 creo, la ruta de las montañas.
En un área de descanso a la intemperie en Carolina del Norte almorzamos al aire libre comida que mi hermana habia comprado en unos italianos, para no demorarnos en un comedor en la ruta.
Todo estaba bien, pero no como se prepara acá los fiambres y faltaba el termo para preparar un té caliente.
A las 21 llegamos a Roanoock.
El hotel estaba bien caldeado pero no servían comidas, así que a salir de nuevo,
Lo peor era el viento, y no nevaba, era agua nieve bien fina.
Yo solo deseaba dormir, así que me serví como en casa, algo liviano y caliente. Deseaba volver al hotel y darme un buen baño bien caliente.
Pedí más abrigo de cama, hice a un lado otro obsequio, una linda camisa de dormir de seda y saqué mi pijamas, Made in Uruguay de tela abrigada.
El viaje siguió así, con nieve, viento y frío hasta Carolina del Sur. En Georgia ya estaba más tolerable y en la casa de unos amigos uruguayos, que nos esperaban mucho mejor.
El viaje de regreso fue con una tormenta de nieve e que nos persiguió todo el viaje.
Estaba anunciada ¡¡y ahora venía del Sur!!. Si hubiéramos ido directo en Virginia a casa de otros uruguayos no nos hubiera alcanzado pero primero fuimos al Capitolio.
De regreso nos encontramos con otro accidente múltiple, veníamos empapados por el agua nieve mientras esperábamos el coche a la salida del Capitolio que habia tenido que estacionar en un parking muy lejos y era la hora pico del tránsito. Nos perdimos y una chica amabilísima en medio de la nevada nos indicó como tomar la ruta para volver a Virginia. Era cerca una hora de Washington y casi al llegar nos quedamos en la nieve.
Una vez en casa de Lilia y su esposo fue concadenas, y nos sacó del atasco en que estábamos.
En su casa pasamos muy bien, pero fuimos ver los museos. Allí se me empaparon los pies, por no llevar mis botas.
A mi hermana le sucedió lo mismo a mi cuñado con zapatos de cuero y una gruesa suela de goma estaba olímpico.
Ella enviudo cuatro años después, pero prefiero que venga a vernos, pero ahora tiene el pánico de los aviones.
Un saludo Petersen y Nur, pero la lectura me recordó ese viaje.
Mi hermana maneja bien pero él no quiso darle el volante. De regreso los paseos los hicimos con ella, conociendo pueblitos con las cadenas puestas y tomando un café o un té caliente en lugares bien abrigados.
Un saludo afectuoso a todos de Kamille
