Estaba atacando un convoy fuertemente escoltado. Al principio todo iba bien; no me habían detectado y tenía todos los tubos cargados. Comencé el ataque con buenos resultados y lógicamente me detectaron. Tocaba empezar el juego del gato y el ratón pero en este juego es fundamental sigilo. Me encontraba muy próximo al centro del convoy; en una rápida observación con el periscopio pude ver que un transporte de tropas estaba inmovilizado. Se me ocurrió la idea de aprovechar este "mastodonte" para evitar el acoso de los destructores (aunque no el ser detectado). Dicho y hecho, marqué profundidad de 65 metros y me dirigí avante de espacio hacia el transporte con la intención de maniobrar para quedar paralelo a él justo su centro.
Como podréis ver por las imágenes la maniobra salió perfecta. El transporte estaba "tocado" y tenía velocidad nula, aunque no se terminaba de hundir. Yo "entré" por la banda de estribor del transporte mientras que por la banda de babor estaba un destructor. El transporte era una barrera infranqueable para el destructor. Después de dar unas cuantas vueltas (por la banda de babor) el destructor optó por acercarse aún más al transporte y lanzar cargas de profundidad. El resultado de estas cargas fue que el transporte fue dañado como consecuencia de las mismas y se hundió de proa rapidísimamente. Me teníais que haber visto marcar avance toda y marcar 120 metros de profundidad. Desde la vista externa se vio perfectamente como el mercante (totalmente vertical) pasaba a escasos metros de mi submarino.
Ésta maniobra me permitió dar un respiro a parte de la tripulación y recargar algunos tubos. No podía evitar el ser detectado por el destructor pero tenía la ventaja de que el destructor no me podía atacar por este motivo me pude permitir hacer ruido con la carga de torpedos.
