Era inevitable: el nauseabundo y viciado aire le recordaría siempre el destino de su tripulación, tan distinto, tan personal, tan solitario ... la muerte y el frágil hilo que los separaba.
"Cuaderno de bitácora. Agosto de 1940. Primera misión como integrantes de la 2ª flotilla, estrenando un nuevo U-IXB, recién transportado desde Bremen. A partir de ahora somos el U-123. No sabría como explicarlo pero tengo muy buenas sensaciones. No sé si es el olor a nuevo, o es por su imponente cañón de 105mm, que seguro que nos sacará de más de un apuro, pero algo me dice que este va a ser un buen submarino http://uboat.net/types/ixb.htm.
Partimos de Saint Nazaire en dirección SW a la zona de patrulla asignada. Confío en no tener muchos contactos durante la travesía, y así lo espero, pues prefiero que mis hombres se vayan haciendo a las nuevas circunstancias, y de paso se puedan recuperar del gran estrés que soportamos en nuestra anterior misión durante el paso a través del canal de La Mancha."
No es el héroe el que hace su destino, es el destino el que hace al héroe
"16 de Agosto. 22:10. Atlántico Norte, 270 millas al Este de Isla de Sao Miguel (Açores). Acabamos de recibir un mensaje de radio. Gran convoy a 70 kilómetros de nuestra posición. He ordenado desviarnos hacia el W, para situarnos en su derrota. En dos horas esperamos interceptarlos. Se espera fuerte escolta. Procederemos a entrar en contacto visual y enviar informe por radio. Luego seguiremos nuestro camino."
En los destellos de sus ojos se apreciaba la loca determinación de quien se cree que no conoce límites
"17 de Agosto. 00:07. Desde hace media hora el hidrofonista ha detectado el sonido de lo que parece el rugido de una gran procesión de cargueros. Nos hemos situado justo en su trayectoria, orientando a 90º nuestro submarino. El mar está en calma, el cielo encapotado y una ligera niebla limitan la visibilidad a pocos kilómetros. Estamos parados a 7 metros de profundidad para limitar al máximo ser detectados. En cuanto notifiquemos el primer contacto visual, nos sumergiremos en silencio y desapareceremos furtivamente sin que los marinos del convoy hayan sospechado nunca que cerca estuvieron de realizar su último viaje."
La espera se hacía tan larga y el silencio tan denso, que podía oir las gotas de sudor descendiendo por la nuca de su lugarteniente.
"Apenas han pasado escasos minutos y ya podemos vislumbrar entre la niebla el penacho de humo del escolta de cabeza. Distancia 3700 metros. Fragata moviéndose a escasos 4 nudos. Esperamos avistar cargueros ...
3000 metros ... 2500 metros. Maldición, va demasiado adelantado, estoy a punto de abortar y bajar a cota de periscopio."
Su oficial vigía imploraba que diese la orden con miradas furtivas cada vez más nerviosas. A 2000 metros de distancia, por fin se decidió a actuar.
"2000 metros y no hay señal visual del convoy. Ordeno cota de superficie y ocupar posiciones en el cañón de 105/45. Durante un segundo, la atónita mirada de mi segundo me ha hecho dudar de lo acertado de mi decisión, pero las sensaciones con las que partí me llenan de una determinación casi fanática. A 2000 metros ordeno fuego al artillero que con una coordinación ejemplar a ocupado sus posiciones. La desprevenida fragata recibe un impacto directo en su linea de flotación y parece estremecerse como una nuez. En un fugaz y desigual combate, recibe el impacto de cinco de los seis proyectiles y tras una serie de explosiones con fragor de trueno, escoró rápidamente y se hundió sin apenas iniciar el zafarrancho de combate. La posibilidad de que haya supervivientes es nula. Yo mismo estoy sorprendido al corroborar la potencia del cañón con que tanta vehemencia nos había hablado nuestro Mando. En el mismo instante ordeno avante toda y virar rumbo Sur, alejándonos en dirección del convoy, esperando alejarnos una distancia prudente antes de que acudan los primeros destructores. A los 5 minutos detecto la presencia del primer barco de guerra y ordeno inmersión a cota de periscopio y parada de máquinas.”
Guerra de guerrillas
Moderador: MODERACION
“Al subir el periscopio, aparece a 2000 metros, la silueta de un buque que realiza la siniestra danza de búsqueda, lanzando bengalas a intérvalos. Es otra fragata, y no parece que tenga compañía. Por un momento decido esperar unos 5 minutos antes de continuar con un progresivo alejamiento a velocidad reducida, esperando que aparezcan nuevos escoltas. Han transcurrido 5 minutos sin más novedad e inicio la maniobra "velocidad un nudo". La fragata que parece mantener toda su atención en un imaginario círculo, cambia de actitud y comienza a realizar una trazada en eses justo en nuestra dirección. Demasiado tarde para evadirnos, en cuestión de escasos minutos nos habrá detectado si no varía el rumbo. Sin esperar el milagro, decido invertir el sentido del submarino y encarar la fragata. A 1500 metros de distancia, y desconociendo la distancia del resto de escoltas, la presa decide convertirse en cazador. Ordeno salir a superficie con los motores parados y aplicar la misma medicina para el nuevo paciente “ocupen posiciones en cañón de cubierta” “distancia 1300 metros” “FUEGO”
Soy una piedra. No muevo ni un músculo. Lentamente me pongo nieve en la boca para que no pueda ver mi aliento. Me tomo mi tiempo, dejo que se acerque. Solo tengo una bala. Apunto a sus ojos. Muy suavemente mi dedo presiona el gatillo. Mi pulso no tiembla. No tengo miedo.
“El gran calibre del cañón vomita fuego entre nubes de humo e instantes después una espantosa explosión sacude a la fragata. Ésta responde a la agresión de forma desesperada disparando a ciegas pues parece que la explosión ha desorganizado a la tripulación. La segunda y tercera salva son disparadas con el mismo acierto y en la fragata de desata un incendio incontralable, su suerte está echada, pero ha decido vender cara su piel pues su último disparo cae cerca de nuestra proa intentando inutilizar nuestro cañón. Me doy cuenta de que será difícil salir airosos del encuentro y ordeno virar 90º a estribor a toda máquina, mientras nuestro cañón alcanza su linea de flotación. Un impacto más y la fragata se reunirá con su pareja. La tensión a bordo es máxima, más cuando la maniobra hace que los dos siguientes disparos caigan por delante de su objetivo, mientras los cañones de proa del enemigo continúan disparando esperando un golpe de suerte que cambie el rumbo de los acontecimientos. Y cerca están de conseguirlo pues la metralla de uno de sus proyectiles provoca daños en el periscopio de ataque. En respuesta, recibe un impacto bajo la línea de flotación. Instantes después, desaparece bajo las aguas en medio de numerosos incendios.
Giramos rumbo 45º alejándonos de posibles escoltas como repitiendo la acción anterior, pero esta vez observamos con gran alivio que no acude nadie. Probablemente se encuentran a más distancia de la esperada. Un fugaz rastreo con prismáticos nos convence de que no hay supervivientes. Decido mantener el rumbo pero a los 5 minutos ordeno inmersión, rumbo norte y parada de motores. Aprovecho el silencio para reflexionar. Probablemente la segunda fragata cubría el flanco izquierdo del convoy. Esperaremos en nuestra nueva ubicación el paso del convoy desde su flanco derecho y despejaremos dudas sobre los escoltas, pues tengo una intuición. Diez minutos después, empezamos a divisar los primeros cargueros. Observamos por lo menos 5 filas formadas en su mayor parte por cargueros pequeños. Casi al final, aparece un barco que escolta el flanco derecho.”
El mejor truco realizado por el diablo fue convencer al mundo de que no existía, y así … desaparecer.
“Otra fragata. Son cerca de las 01:00. Tenemos 4 horas de cómplice oscuridad. En unas décimas segundo, las ideas fluyen por mi cerebro a toda velocidad, y tomo la determinación aplicar misma táctica. Espero que el convoy nos sobrepase para atacar por la espalda al barco de escolta, para alejarnos a toda prisa, sumergirnos, y esperar a nuevos escoltas. Apenas una hora después 2 nuevas fragatas (¿donde estarán los destructores?), se encuentran a más de 1000 metros de profundidad. Me siento poderoso, las escoltas han caído en nuestra tela de araña. Ha sido toda una osadía realizar un convoy con escoltas tan vulnerables.
A las 02:00 rodeamos el convoy por detrás para “despejar” el flanco izquierdo. A las 2:30, la quinta fragata corre la misma suerte que las anteriores. No acuden más escoltas. Parece que el convoy se encuentra totalmente desprotegido. Una ristra de pequeños mercantes, KGN, KLN C3, C2 y un petrolero, increíble pero cierto, ni nuestros sueños tendrían la osadía de imaginarlo. Por precaución decido alejarme del flanco izquierdo y sobrepasarlo, oteando cada centímetro del horizonte para evitar sorpresas. A las 04:00, divisamos muy alejado del convoy, una nueva escolta que casi nos toma la popa. Es otra fragata y antes de 5 minutos se repite el baile de muerte que ya nos parece casi rutinario. 6 fragatas hundidas en menos de 40 disparos. La efectividad del nuevo cañón es escalofriante. No hay supervivientes. Ante mi, más de 20 cargueros indefensos. Esperamos aprovechar los primeros rayos de luz para interceptar el convoy y atacar en superficie uno a uno, de forma metódica, fila a fila, buque a buque … “
Somos frios y despiadados, somos cazadores, somos luchadores, somos máquinas de guerra
16:00 La macabra danza de muerte ha terminado. Hemos utilizado todos los torpedos y balas del cañón. Ha sido una tarea durísima, pues los marinos se han batido valientemente, han luchado hasta el final sabiendo que era una batalla perdida. Todos tenemos sentimientos encontrados. Los escasos supervivientes de los mercantes han sido recogidos por el único barco superviviente, un pequeño barco mercante único testigo de tan devastador enemigo … nosotros, la Kriegsmarine, la nueva Alemania.
16:17 Enviamos un escueto y frío comunicado de guerra al alto mando.
Nadie pensaba ya en los honores de la batalla. El ánimo ya no era alegre. A bordo se respiraba un sentimiento de amores contrariados. De repente, dejaron de ser jóvenes.
Soy una piedra. No muevo ni un músculo. Lentamente me pongo nieve en la boca para que no pueda ver mi aliento. Me tomo mi tiempo, dejo que se acerque. Solo tengo una bala. Apunto a sus ojos. Muy suavemente mi dedo presiona el gatillo. Mi pulso no tiembla. No tengo miedo.
“El gran calibre del cañón vomita fuego entre nubes de humo e instantes después una espantosa explosión sacude a la fragata. Ésta responde a la agresión de forma desesperada disparando a ciegas pues parece que la explosión ha desorganizado a la tripulación. La segunda y tercera salva son disparadas con el mismo acierto y en la fragata de desata un incendio incontralable, su suerte está echada, pero ha decido vender cara su piel pues su último disparo cae cerca de nuestra proa intentando inutilizar nuestro cañón. Me doy cuenta de que será difícil salir airosos del encuentro y ordeno virar 90º a estribor a toda máquina, mientras nuestro cañón alcanza su linea de flotación. Un impacto más y la fragata se reunirá con su pareja. La tensión a bordo es máxima, más cuando la maniobra hace que los dos siguientes disparos caigan por delante de su objetivo, mientras los cañones de proa del enemigo continúan disparando esperando un golpe de suerte que cambie el rumbo de los acontecimientos. Y cerca están de conseguirlo pues la metralla de uno de sus proyectiles provoca daños en el periscopio de ataque. En respuesta, recibe un impacto bajo la línea de flotación. Instantes después, desaparece bajo las aguas en medio de numerosos incendios.
Giramos rumbo 45º alejándonos de posibles escoltas como repitiendo la acción anterior, pero esta vez observamos con gran alivio que no acude nadie. Probablemente se encuentran a más distancia de la esperada. Un fugaz rastreo con prismáticos nos convence de que no hay supervivientes. Decido mantener el rumbo pero a los 5 minutos ordeno inmersión, rumbo norte y parada de motores. Aprovecho el silencio para reflexionar. Probablemente la segunda fragata cubría el flanco izquierdo del convoy. Esperaremos en nuestra nueva ubicación el paso del convoy desde su flanco derecho y despejaremos dudas sobre los escoltas, pues tengo una intuición. Diez minutos después, empezamos a divisar los primeros cargueros. Observamos por lo menos 5 filas formadas en su mayor parte por cargueros pequeños. Casi al final, aparece un barco que escolta el flanco derecho.”
El mejor truco realizado por el diablo fue convencer al mundo de que no existía, y así … desaparecer.
“Otra fragata. Son cerca de las 01:00. Tenemos 4 horas de cómplice oscuridad. En unas décimas segundo, las ideas fluyen por mi cerebro a toda velocidad, y tomo la determinación aplicar misma táctica. Espero que el convoy nos sobrepase para atacar por la espalda al barco de escolta, para alejarnos a toda prisa, sumergirnos, y esperar a nuevos escoltas. Apenas una hora después 2 nuevas fragatas (¿donde estarán los destructores?), se encuentran a más de 1000 metros de profundidad. Me siento poderoso, las escoltas han caído en nuestra tela de araña. Ha sido toda una osadía realizar un convoy con escoltas tan vulnerables.
A las 02:00 rodeamos el convoy por detrás para “despejar” el flanco izquierdo. A las 2:30, la quinta fragata corre la misma suerte que las anteriores. No acuden más escoltas. Parece que el convoy se encuentra totalmente desprotegido. Una ristra de pequeños mercantes, KGN, KLN C3, C2 y un petrolero, increíble pero cierto, ni nuestros sueños tendrían la osadía de imaginarlo. Por precaución decido alejarme del flanco izquierdo y sobrepasarlo, oteando cada centímetro del horizonte para evitar sorpresas. A las 04:00, divisamos muy alejado del convoy, una nueva escolta que casi nos toma la popa. Es otra fragata y antes de 5 minutos se repite el baile de muerte que ya nos parece casi rutinario. 6 fragatas hundidas en menos de 40 disparos. La efectividad del nuevo cañón es escalofriante. No hay supervivientes. Ante mi, más de 20 cargueros indefensos. Esperamos aprovechar los primeros rayos de luz para interceptar el convoy y atacar en superficie uno a uno, de forma metódica, fila a fila, buque a buque … “
Somos frios y despiadados, somos cazadores, somos luchadores, somos máquinas de guerra
16:00 La macabra danza de muerte ha terminado. Hemos utilizado todos los torpedos y balas del cañón. Ha sido una tarea durísima, pues los marinos se han batido valientemente, han luchado hasta el final sabiendo que era una batalla perdida. Todos tenemos sentimientos encontrados. Los escasos supervivientes de los mercantes han sido recogidos por el único barco superviviente, un pequeño barco mercante único testigo de tan devastador enemigo … nosotros, la Kriegsmarine, la nueva Alemania.
16:17 Enviamos un escueto y frío comunicado de guerra al alto mando.
Nadie pensaba ya en los honores de la batalla. El ánimo ya no era alegre. A bordo se respiraba un sentimiento de amores contrariados. De repente, dejaron de ser jóvenes.
Keitel escribió:Te felicito, hundir seis escoltas 8O , brutal juas.-
Ten en cuenta pero, una cosa:
No hacerlo nunca en partidas oficiales, porque incumple las normas.
De fragatas para abajo con el tipo IX si las coges de noche, solas y estás en buena posición y distancia (> 2000 metros). De corbetas para abajo en el resto de "u-boot"s, y tu posición en su punto ciego.
Un saludo
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Masilicondrio
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