LUCHA ANTISUBMARINA II

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Epinephelus
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LUCHA ANTISUBMARINA II

Hola a todos,

Ahí va el segundo capítulo. Espero que sirva de algo.

II.-SEGUIMIENTO DEL SUBMARINO DETECTADO

Nuestro objetivo en esta etapa de la lucha es tomar la actitud de un perro de presa, es decir, acercarnos lo máximo posible al submarino sin llegar a perder el contacto. Conviene que sepa que estamos ahí, encima de él y esperándole. De este modo, se lo pensará un montón de veces antes de que se decida a subir a periscopio, fijar el objetivo y lanzarle los torpedos. Y si al final lo hace tenemos que conseguir estar posicionados lo suficientemente bien como para que muera en el intento.
No conviene estar ni muy cerca ni muy lejos. Si estamos demasiado cerca corremos el riesgo de perder el contacto (cuanto más hondo esté antes perderemos el contacto) y si estamos demasiado lejos tendrá tiempo de subir, fijar y lanzar.
Recomiendo acercarse hasta perder el contacto, anotar (o recordar) la distancia de pérdida de contacto y retroceder hasta recuperar el contacto para mantenernos en el límite de la distancia de pérdida.
No hay una distancia ideal puesto que ésta depende de la profundidad a la que se encuentre el submarino.
Aunque sea una perogrullada os recuerdo que la distancia en yardas a la que perdemos el retorno con el activo coincide con la profundidad en pies a la que se encuentra el submarino.
La experiencia me dice que casi siempre el submarino subirá a periscopio e intentará atacar y es ese, precisamente, el momento que tenemos que aprovechar para atacarlo y, a ser posible, hundirlo.

Los contactos no son eternos, es decir, si no vamos con cautela se pueden perder, sobretodo si se ha obtenido con el pasivo y lo único que tenemos es el ruido del submarino. Si el submarino para motores, en unos segundos dejamos de oírlo, y si no lo pillamos con el activo lo habremos perdido.
En estos momentos nos hallamos ante un tablero de ajedrez, y todos los movimientos que hagamos, tanto nosotros como el submarino, deben tener su razón de ser.

Radar:
Con la detección ya efectuada deja de tener importancia, pero aconsejo mantenerlo conectado, ya que no debemos olvidar que en el agua puede haber más submarinos.

Sonar:
Sin ningún género de dudas se trata de la herramienta más importante a partir de ahora. De la interpretación que hagamos de sus datos (nosotros, nunca la tripulación) depende, en gran medida, obtener o no resultados positivos.
Junto con la pantalla táctica y, en menor medida la pantalla de cargas, será la estación que más visitaremos.
Como he dicho antes, es posible obtener contactos a más de 6000 yardas. Cuando eso ocurre, a penas si oímos nada con el pasivo. Con el activo no hace falta ni probarlo.
Regularmente debemos acceder a esta sala y confirmar el contacto tan afinadamente como nos sea posible, seleccionando la escala inmediatamente superior a la de la distancia a la que tengamos el submarino (distancia que podemos comprobar en la pantalla táctica con la ayuda del ratón).
Se puede empezar a obtener retornos con el activo a distancias algo inferiores a las 4000 yardas, pero es muy difícil, ya que cualquier pequeña variación en el rumbo del submarino nos dejaría sin retorno.
Cabe recordar que si el submarino se encuentra a profundidad de periscopio, no obtendremos retorno con el activo a distancias superiores a 1000 yardas, incluso menos, aunque sí tendremos respuesta con el pasivo.
Para aquellos que no la tengáis, es imprescindible tener la retícula de la pantalla del sonar para saber a que distancia se encuentra el submarino cuando obtengamos retorno.

Estación de cargas de profundidad:
Con el nuevo parche, la única utilidad que le he encontrado es la de saber, de manera aproximada, la profundidad a la que se encuentra el submarino, Y digo de manera aproximada porque en alguna ocasión me ha marcado el submarino en superficie cuando en realidad se encontraba a más de 200 pies de profundidad.
De todos modos es útil acudir a ella para saber el rumbo, la velocidad y la profundidad, aunque sean valores muy aproximados y nunca definitivos a la hora de decidir un ataque.

Navegación:
Ahora tenemos que ir acercándonos al submarino con cautela. Os recuerdo que nuestro objetivo respecto al submarino es saber en todo momento donde está y qué hace, es decir, hacerle un marcaje feroz y evitar que suba a periscopio. En ningún caso el objetivo prioritario será hundirlo.
Un submarino detectado no es un conejo acorralado, es un arma con un poder de destrucción muy considerable, con mucha capacidad de maniobra y de movimientos rápidos o muy rápidos. Puede ascender de 200 metros a profundidad de periscopio en menos de un minuto, y si no andamos con ojo puede suponer nuestro hundimiento. Por tanto, es fundamental conocer en todo momento cual es su profundidad.

Desde mi punto de vista, la maniobra de aproximación al submarino, se hará de distinta manera en función de si hemos obtenido retorno con el activo o no.

a) Acercamiento al submarino con retorno en el sonar activo

Como he comentado antes no siempre podemos fiarnos de la profundidad que nos marca la tripulación en la estación de cargas, pero hay algo que si es seguro:
Si obtenemos retorno con el activo y estamos a más de 1000 o 1500 yardas de él significa que el submarino se encuentra al menos a 30 metros de profundidad, y, por tanto, sin capacidad para lanzar torpedos.
Es de suma importancia recordar que los datos que nos da el sonar son fidedignos casi al 100 %. Lo que no es fidedigno es la interpretación que de esos datos hace nuestra tripulación y lo que nos traslada a la estación de cargas.
Es falso que con el nuevo parche el sonar de los destructores sea una porquería. Lo que no es de recibo es la tripulación que llevamos, la interpretación que nos hace de los datos del sonar y lo que nos anota en la estación de cargas.
Es conveniente ir friendo al submarino a pings, de este modo podemos tener en cuenta la profundidad que nos marca la estación de cargas.
Con la certeza de que se encuentra a más de 200 pies de profundidad nos vamos acercando. Podemos hacerlo con seguridad absoluta de no perder el contacto hasta llegar a las 750 yardas del submarino (700 metros poco más o menos). ¿Por qué? Pues porque asumo que la máxima profundidad que alcanza un submarino es de 250 metros (tirando largo y referido a un tipo VII o IX) o lo que es lo mismo 750 pies (ver más arriba la relación existente entre profundidad del submarino y distancia de pérdida de contacto).
Cuanto más arriba se encuentre más podremos acercarnos.
La aproximación, y siempre que sepamos que el submarino está a más de 200 pies, podemos hacerla directamente de proa al submarino, cambiando de rumbo siempre que sea necesario y pensando que lo ideal es colocarse en su popa para seguirlo.
Yo intento ponerme en su popa y no dejarle respirar.
Otro factor muy importante es la velocidad de la aproximación. Para aproximarse y ganarle terreno hay que ir más deprisa que él, pero teniendo en cuenta que el sonar, para trabajar con eficacia, necesita que el destructor navegue a unos 10-12 nudos, y teniendo en cuenta también que no podemos sobrepasar el contacto puesto que lo perderíamos. Si además añadimos a estos factores que el submarino lleva también su velocidad, hay que ir con cuidado para no sobrepasarlo y para que no se nos vaya demasiado.
La velocidad del objetivo que nos marca la tripulación en la estación de cargas es tan fidedigna como las promesas de un mentiroso. Puede pasar de 0 a 8 o más nudos y viceversa en un segundo. Si además el submarino va cambiando de rumbo y de velocidad, la tripulación se hace un lío tremendo y las informaciones que nos da en la estación de cargas son, cuanto menos, imprecisas.
Recomiendo valorar los movimientos del submarino directamente en la estación del sonar. Si el pico del retorno se acerca cada vez más a la izquierda significa que nos acercamos y si es al contrario, nos alejamos.
Si el submarino se mueve con lentitud, no nos quedará más remedio que ir alternando la velocidad de un tercio a stop, lo cual tiene sus ventajas. ¿Qué ventajas? Bien, de hecho sólo una, que después de parar motores, en unos segundos el submarino deja de oírnos y no sabe donde estamos.
Podemos encontrarnos también con un submarino que se encuentre totalmente parado. El método es el mismo, y lo que hago es pararme yo también y esperar.
Para terminar este apartado, una cuestión práctica: tenemos la tendencia, en esta etapa de la lucha, de tener el zoom de la pantalla táctica y el de la estación de cargas al máximo, ya que se consigue más detalle y más precisión. ¡Cuidado! De vez en cuando disminuid los aumentos, no sea que con el afán de perseguir al submarino no estemos al tanto del tráfico marítimo de superficie y abordemos algún barco.

b) Acercamiento al submarino sin retorno en el sonar activo

La detección de un submarino mediante el sonar pasivo nos queda marcada en el mapa táctico con un cuadrado negro parpadeante. Situando el cursor encima de él veremos la hora en la que se ha hecho el último refresco.
Sólo conseguiremos ver su silueta cuando obtengamos retorno con el sonar activo.
La táctica de acercamiento es exactamente igual que la anterior, con la única diferencia que al no obtener retorno con el sonar activo no conocemos ni su velocidad ni su rumbo ni su profundidad. Sólo conocemos y de manera aproximada su situación.
Si estando a unas 3000 yardas todavía no hemos conseguido retorno con el activo, podemos tener la certeza de que se encuentra a profundidad de periscopio.
A medida que nos vayamos acercando a él debemos ir aumentando las precauciones. Cualquier acción precipitada puede costarnos muy cara.
La etapa más crítica del acercamiento empieza cuando rebajamos la barrera de las 2000 yardas. Hay que suponer que el verdadero objetivo de los submarinos es hundir a los mercantes, pero no tengáis ninguna duda de que si nos ponemos a tiro y creen tener ventaja, nos freirán con un torpedo. Por tanto, a partir de esa distancia es preceptivo empezar con las maniobras evasivas de torpedos.
Lo ideal sería acercarse al submarino cerrando al máximo su ángulo de lanzamiento, es decir, de través, en perpendicular, pero, claro, como no hemos obtenido retorno, sólo vemos un cuadradito parpadeante. No nos queda más remedio que avanzar en zig-zag, haciendo continuos cambios de rumbo.
Es posible que exista un método indirecto para determinar de manera aproximada la orientación proa-popa en la que se encuentra el submarino aún sin tener retorno en el activo. En cuanto lo tenga ensayado y si es efectivo, prometo explicarlo. El mismo método podría servir para afinar el rumbo exacto del submarino cuando tenemos retorno con el activo.
Esta, desde mi punto de vista, es la peor situación en la que nos podemos encontrar, ya que está en periscopio y probablemente con muy malas intenciones. Si seguimos acercándonos, es posible que obtengamos retorno, y por tanto, perfil del submarino a menos de 500 yardas. Si él nos ha detectado antes ya nos habrá lanzado un torpedo que casi con toda probabilidad acabará con el casco de nuestro barco en el fondo. Hay que navegar en zig-zag, y aun así, no hay garantías de salir indemnes. Pero tranquilos, esta situación no puede considerarse como típica, sino más bien excepcional, puesto que lo normal es que el submarino, en cuanto vea a un destructor que se le echa encima a menos de 1000 yardas, se vaya al fondo tan rápido como pueda, a menos que se encuentre en esta situación de manera involuntaria, es decir, que nos detecte con el periscopio cuando ya estemos casi encima de él.

Cualquier torpedo es potencialmente peligroso, pero hay dos que lo son más, los TV y los FaT.
Los primeros poseen un detector acústico que en el simulador se muestra casi infalible (históricamente fueron un desastre). La única manera de esquivar su sistema acústico es mantener la velocidad por debajo de los 13 nudos. Téngase en cuenta que a parte de su sistema acústico de detección, un TV se comporta como cualquier otro torpedo, y si nos encontramos en su línea de avance, aunque naveguemos a menos de 13 nudos, nos partirá el buque en dos. Así pues, a parte de mantenernos a esa velocidad habrá que avanzar hacia el submarino cambiando de rumbo constantemente, navegando en zig-zag.
Los segundos son muy traidores ya que una vez en el agua y dependiendo de los ajustes que hayan recibido antes del lanzamiento giran 180º a derecha e izquierda cuando han recorrido 800 o 1600 metros, consiguiendo que pasen por la misma zona varias veces.
Además de ir cambiando de rumbo, es muy aconsejable acudir a la estación del sonar e ir moviendo el cabezal de babor a estribor para encontrar rastros de torpedos.
Si se detecta un torpedo que viene hacia nosotros, lo último que tenemos que hacer es acelerar, ya que si se trata de un TV, todo lo que conseguiremos es que se nos coma. Simplemente, sin prisa pero sin pausa, intentaremos peinarle la estela: Todo a babor (o a estribor) unos segundos y después todo a estribor (o babor) hasta recuperar el rumbo original, de este modo el torpedo nos pasará por un lado (o no). A muy cortas distancias, nuestra inútil tripulación, en cuanto detecta un torpedo es capaz de clasificarlo, pero, la verdad, si el torpedo viene hacia nosotros, las posibilidades de escapar de él son muy pocas son muy pocas.
Hagamos cuatro números y lo veremos con mas claridad.
Nos acercamos a un submarino situado a 500 yardas de nuestro destructor del que no tenemos retorno. Nuestra velocidad es de 6-7 nudos (1/3). En esto que detecto un torpedo que viene directo hacia mi justo en la mitad del recorrido (250 yardas). Ordeno velocidad de flanco (cuidando de no pasar de 13 nudos!!) y todo a estribor.
Puedo suponer que el torpedo avanza a 40 nudos y yo a otros 12. Al avanzar en sentidos opuestos sumamos las velocidades y obtenemos 52 nudos que suponen 26 metros por segundo. Es decir, dispongo de algo menos de 10 segundos para intentar esquivar el torpedo. A la velocidad a la que voy es casi imposible. El torpedo impacta y me hundo. Os aseguro que no hablo por hablar, me ha pasado y no hay nada que hacer. En otras ocasiones ni tan solo detectas el torpedo, oyes la explosión y abajo.
Si conseguimos escapar del torpedo tenemos opciones de atacar y hundir al submarino, pero esto forma parte del siguiente capítulo.

Próximo capítulo: III.- EL ATAQUE A UN SUBMARINO

Un saludo.
Invitado

IM-PRESIONANTE
De verdad Epi,te has superado......nada que añadir.....
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